La meta fue formar una Compañía de Bomberos regular y para ello, contaban con cascos, casacas de agua, botas y una sede ubicada en Avenida Borgoño 25.220.

La Brigada fue encabezada por quien fuera fundador y posterior Director de la Compañía, don Francisco Ortiz Navarro y el Teniente de Carabineros, señor Rolando Sáez Gutiérrez; quienes se prepararon durante dos años, con instrucción básica administrativa y capacitación técnica, siendo apoyados por la Segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar.

Con rudimentarios implementos -baldes, palas y otros similares- respondieron a distintos tipos de emergencias, entre las que sobresalían los reiterados desbordes del Río Aconcagua, accidentes vehiculares e incendios estructurales. El inconveniente más serio que presentaba esta ciudad, era la distancia que la separaba de Viña del Mar y las dificultades del camino costero, que, para esos años, era bastante sinuoso y angosto: los carros bomba despachados tomaban alrededor de 30 minutos en llegar hasta el destino del siniestro.

La formación de una Compañía regular no resultó fácil. Para lograr la meta trazada tuvieron que cumplir varios requisitos, el más importante: contar un carro de Bomba. Logrando reacondicionar un camión Ford del año 1956, que presentaron al Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar. Así, culminaba la primera etapa en la historia de la Sexta Compañía.

El 22 de agosto de 1964, en solemne ceremonia pública realizada en el Teatro de Concón, el Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar constituiría la Primera Compañía Rural de Bomberos de Concón. Su primer Director sería don Guillermo Céspedes Castro y su Capitán, don Luis López Navarro. En esta segunda etapa surgieron otros compromisos, propios de una institución bomberil, que se enfrentaron con la misma dinámica, sacrificio, abnegación y disciplina.

La Sexta Compañía de Bomberos, emplazada en Concón, tuvo en su Director, señor Francisco Ortiz Navarro, un voluntario y benefactor excepcional. Logró que ENAP, en 1970, les vendiera un terreno de 3.600 metros cuadrados, para posteriormente conseguir la construcción del Cuartel, a través del Ministerio de Obras Públicas y no paró de trabajar en la implementación de todo lo que necesitaba la Compañía.

Ese mismo año, la Unidad sería reconocida como Compañía regular del Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar, bajo el numero ordinal de “Sexta”, tras formarse luego de la Quinta Compañía de Gómez Carreño.

Para junio del año 1984, la familia sextina sufriría la irreparable pérdida de don Francisco Ortiz Navarro. Tras su fallecimiento, por votación unánime de la Compañía -como reconocimiento póstumo a quien fuera su fundador, guía y amigo- solicitarían la aprobación del Directorio General para adoptar su nombre. Desde entonces, la Compañía pasó a llamarse “Sexta Compañía de Bomberos del Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar, Bomba Francisco Ortiz Navarro”.